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The Evolution of Visible Air – Nike AM

Nike se ha propuesto celebrar el aniversario de la AM por todo lo alto en este 2015. Con ello una variedad de acciones en las que engloban, tiendas, medios e influencers generando contenido previo entorno a la celebración. Si bien en Francia estamos siguiendo competiciones con el hastag #AirMaxBattle, en España tiendas como Sivasdescalzo dedican en su web una cuenta atrás de AM hasta el día esperado; y medios nos centralizamos tanto en ID, nuevos lanzamientos, o contar los orígenes… ésta es una de las partes que más nos apasionan. Aquí, la Evolución del Visible Air:

En 1987, Nike Air no era una propuesta innovadora ya que los corredores estaban familiarizados con las ventajas que ofrecía su amortiguación, presentada por primera vez en el modelo Nike Tailwind en 1978. Pero el mundo no se sumaría a la revolución de la amortiguación por cámara de aire hasta que Nike Air se convirtió en mucho más que una simple moda. El siguiente paso lo dio el diseñador de Nike Tinker Hatfield, cuando planteó que esta amortiguación fuera visible. El diseño Air Max, fruto del trabajo de Hatfield, cambiaría para siempre la historia de las zapatillas deportivas. 

A pesar de ello, la historia de las cámaras de aire visibles no empieza con el diseño de Hatfield, sino cuando David Forland, Director del Departamento de Innovaciones en Amortiguación de Nike, se unió al equipo en 1985. En muchos sentidos, Forland es el mayor experto del mundo en cuanto a la tecnología de cámaras de aire visibles y, en los últimos 30 años, ha conseguido unos avances que parecían impensables. También es el primero en admitir que el camino hacia lo que hoy conocemos por Air Max no fue fácil.

Desde un inicio, el objetivo era conseguir que la cámara de aire fuera visible. Forland, que fabricaba a mano los prototipos, protagonizó uno de los momentos cruciales en la historia de las cámaras de aire visibles cuando se planteó qué pasaría si se girara, colocando las costuras en la parte superior e inferior en vez de hacerlo a lo largo del perímetro.

“En ese preciso momento se me encendió la bombilla. Me dije a mí mismo ‘Sí, se puede hacer’, y fabriqué un nuevo prototipo al instante”, explica Forland.

Y así nació el primer prototipo de la tecnología Nike Air visible, que se utilizó por primera vez en las Nike Air Max 1. Antes de este descubrimiento, las unidades Air-Sole reducían cada vez más su grosor en vez de aumentar su tamaño.

“Las unidades Air-Sole cada vez eran más finas para facilitar el proceso de fabricación”, recuerda Forland. “Queríamos inyectar más aire en la suela para aumentar la sensación de amortiguación en las plantas de los pies”.

Para intentar aumentar la sensación de caminar en el aire, Forland cambió rápidamente el planteamiento.

“Si observamos la historia de las Air Max, especialmente entre 1987 y 1993, uno de los principales aspectos que diferenciaban a cada nuevo modelo del anterior era que cada vez se incorporaba un mayor volumen de aire y una menor cantidad de espuma. Y es que la espuma se desgasta, pero el aire no”, explica Forland.

Durante el proceso de aumentar el volumen de aire, se planteó una idea: si se eliminaba la espuma entre la suela y la unidad Air-Sole, se obtendría un espacio que permitiría aumentar el volumen de dicha unidad. Partiendo de ese concepto aparecieron las Nike Air Max 180, las primeras zapatillas con una unidad Air-Sole visible de 180 grados. Sin embargo, llevar a cabo ésta idea no resultó nada sencillo para Forland.

“Una cosa fue tener la idea y otra muy distinta llevarla a la práctica. Las Air Max 180 fueron unas de las zapatillas Air Max más difíciles de crear”, recuerda Forland.

Por aquel entonces, las Air Max 1, las Air Max 180 y las Air Max 90 incluían unidades Air-Sole en la parte delantera del pie, pero estaban totalmente encapsuladas y no eran visibles. Mientras se buscaba la forma de prescindir totalmente de la espuma en el proceso de fabricación de las zapatillas de running, se realizó un descubrimiento espectacular: un nuevo método de fabricación de las unidades Air-Sole llamado “blow molding”. Utilizada por primera vez en las Nike Air Max 93, esta técnica permitió crear unidades Air-Sole de formas tridimensionales que no dependían de la presión del aire, lo cual permitió adaptarlas a la curvatura de la parte delantera de la zapatilla.

Aprovechando al máximo las posibilidades que ofrecía dicha innovación aparecieron las Nike Air Max 95, que presentaban dos unidades Air-Sole independientes moldeadas por soplado. Este modelo fue el primero que incluyó una cámara de aire visible en la parte delantera del pie.

En 1997 por fin se descifró el enigma para fabricar una unidad Air-Sole en todo el pie, como resultado de un gran esfuerzo en los procesos de fabricación, desarrollo y diseño. El primer paso fue crear una unidad que conectara el talón con la parte delantera del pie. El siguiente problema fue solucionar que la película fundida se mantuviera así durante el tiempo suficiente como para poder rodearla con un molde tridimensional que abarcara todo el pie. Tras muchos prototipos nacieron las Air Max 97.

Una vez solucionado el tema de la amortiguación, Nike empezó a idear otras formas de amortiguación, una de las cuales fue la tecnología Tuned Air. Esta innovadora vuelta de tuerca en el mundo de la amortiguación por aire se presentó por primera vez en las Air Max Plus de 1999, y era una primera manifestación de un concepto que no tardaría en convertirse en Nike Shox.

En 2006 llegó la siguiente innovación con las Air Max 360, un modelo con el que finalmente se logró eliminar totalmente la espuma del proceso de fabricación de las zapatillas. En vez de utilizar espuma como estabilizador, para crear las Air Max 360 el equipo de Forland empleó la tecnología Caged Air. Veinte años después de iniciar el proyecto, por fin se consiguió el objetivo; fabricar unas zapatillas Air Max sin espuma.

Sin embargo, utilizar sólo aire para la amortiguación no supuso el fin de la evolución de las Air Max. Nike había cumplido su sueño, pero no se resistía a la tentación de mejorar el diseño. Para ello, Forland y su equipo pasaron de prescindir de la espuma a plantearse cómo podían aumentar la flexibilidad. Utilizando un diseño tubular, se incorporaron unas profundas ranuras de flexión en las unidades Air-Sole de las Air Max 2015, y el resultado fue la plataforma de amortiguación más flexible de la historia de las Max Air.

Después de ese largo viaje, Forland aprendió que la innovación nunca está exenta de riesgos.

“Trabajamos muy duro para conseguir fabricar la primera unidad Air-Sole moldeada por soplado, y no teníamos ni idea de si gustaría a la gente”, explica Forland. “Recuerdo que en la época en que aparecieron las primeras zapatillas Air Max, estaba en el aeropuerto hablando por teléfono con un técnico del laboratorio y vi pasar a alguien que las llevaba. Me quedé mirando fijamente desde la cabina telefónica y dije ‘Aquí hay uno que las ha comprado y la amortiguación funciona’. El riesgo era grande, pero la recompensa fue aún mayor. Esto sólo fue el punto de partida de las Air Max”.

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