Y allí estaba, de nuevo, Barcelona bajo nuestros pies. Después de verla en la nocturnidad del Tibidabo, una vez más, disfrutar de su inmensidad con luz, con un interminable cielo que más tarde se tornó color morado, transmitía calma, libertad, silencio, aunque estuviésemos rodeados de gente, era domingo, un perfecto domingo de resaca para disfrutar de la ciudad condal.
Barcelona, desde allí, los Bunquers del Carmel, se divisaba la profundidad del mar, la interminable Sagrada Familia o la iluminada torre Agbar, que no hacían más que potenciar mi sentimiento de pertenencia.
Para la mini excursión, me coloqué los sweatpants de Le Coq colección d ´Or; últimamente me ha dado por llevar chandal (a lo Pantoja), complementándolo con prendas más formales como blazers o en esta ocasión con una chaqueta de cuero, arreglá pero informal, sí así es, no hay nada mejor que sentirse agusto con cada una de las prendas que llevas, con un estilo, pudiendo reafirmar la personalidad, sintiéndote igual de libre que en una ciudad que cabalga con tus perspectivas y encaja con tus ideales de vida.
Sweatpants Coq d´Or + A chaque jour suffit sa peine (Isleym) + Magnetic Nails
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