¿Cómo definirías el fenómeno sneaker en la actualidad? ¿Cómo ha evolucionado en los últimos tiempos? – Sara Pérez (para H Magazine)

Desde el punto de vista sociológico, las zapatillas no son más que un factor de identificación social. Un objeto capaz de reflejar un status, una personalidad, llegando a lograr una diferenciación personal, complementándose con una aceptación grupal.

En la actualidad este signo comunicativo ha evolucionado hasta fenómeno, el fenómeno sneaker, movimiento que te sumerge en un mundo apasionante si eres amante acérrimo de las zapatillas, que logra conectar entre personas creando vínculos realmente fuertes, llegando a unir, fundando amistades o consolidando comunidades. En mi caso, con Miss Kleckley, he tenido la suerte de descubrir este poder tan gratificante llegando al público femenino, pudiendo observar cómo una misma afinidad puede llegar a formar una pequeña familia. Por otro lado, no es todo oro lo que reluce, ya que la evolución de este fenómeno también tiene contraindicaciones, sobre todo en el sector especializado, las envidias y la competitividad por obtener un grado mayor de “experto” crean aires de grandeza despectiva, una superlación del ego en forma de “haters” omnipresentes gracias a los social media, que sacian su sed a base de críticas. 

Bajo mi perspectiva, visualizo este movimiento social en dos grandes grupos: los sneakers head y el mainstream. Trasladando la curva de la evolución las tendencias, agruparía a los sneakers head diversificándolos en innovadores, early adopters y trendsetters. Los innovadores serían los creadores, los diseñadores como Tinker Hatfiel, iniciadores, personas que de forma natural son capaces de marcar un estilo referente como Ronnie Fieg, copiado y seguido por muchos; por otro lado los early adopters serían los coleccionistas apasionados, cazadores de modelos vintage, ejemplares extremadamente raros como los que se pueden ver en la sección “Fly fishing on the Bay” de Sneaker Freaker, o colaboraciones premiums, su objetivo es poseer las mejores zapatillas para su cuidada colección, en mayor grado y menor, pero todos constan de una obsesión, y su vida en parte gira de una forma u otra, en torno de las zapatillas. Los trendsetters entran en juego como amplificadores, coleccionistas de modelos premiums o no, o simplemente compradores un tanto compulsivos, se sienten orgullosos de mostrar toda la variedad de zapatillas adquiridas, este modus operandi se potencia en la actualidad gracias a las redes sociales, blogs, Tumblrs o Instagrams haciendo las delicias de cualquier sneaker head trendsetters adicto a generar interés y por otro lado, a una aprobación social; Ugly Mely, sneaker addict y Blogger francesa, con su delicioso “Daily Kicks” o Vagrant Sneakers, fotógrafo especializado en zapatillas, son claros ejemplos de cómo un trendsetter puede convertir una pasión y su repercusión de forma pública, en una profesión.

El segundo grupo del fenómeno sneaker es el mainstream, la mayoría temprana puede mostrar un interés o informarse sobre las novedades, pero su tendencia es la compra de zapatillas con materiales y diseños normalizados en tiendas no especializadas del sector, pero esta mayoría es fundamental para la consolidación del fenómeno o de un estilo en concreto de zapatilla, véase el ejemplo con Isabel Marant, eran muy pocas las que poseían el exclusivo modelo, y en unos meses, parió la abuela en forma de fakes que ahora se pueden encontrar en cualquier tienda; innovación que ha seguido esa curva natural de las tendencias y que ha sido capaz de evolucionar el diseño de las zapatillas femeninas.

Al igual que con este diseño en forma de cuña, que ha dado inicio a otra tipología de sneaker, la evolución en la historia de las zapatillas pasó de la importancia de poseer un buen modelo para la práctica del deporte, a tener una zapatilla afín a los gustos y preferencias de aquel que la calzaba, se convirtió en lifestyle. Tribus urbanas como bailarines de break dance, grupos musicales como Run DMC, o los influencers del mundo deportivo como Michael Jordan, comenzaban a entrar en juego y a forjar desde los 70´s y 80´s lo que hoy en día conocemos como fenómeno sneaker. Un movimiento que a lo largo de los años ha sido ascendente, debido a la proliferación de lanzamientos, nuevos diseños y marcas que potencian el consumismo, generando una necesidad descontrolada en algunos casos, que incluso llega a sobrepasar la importancia de lo cualitativo, multiplicando el sentir material, olvidando el refrán “menos es más”. Otro gran factor, que ha hecho evolucionar este movimiento han sido las redes sociales, esa ventana capaz de comunicar sin barreras, foros en sus inicios, plataformas especializadas, blogs, microblogs, o tiendas online, han aumentado un sentir, han engrandecido una familia, han afianzado un fenómeno en forma de zapatilla.

Si rebobinamos la cinta, y volvemos a los orígenes del éxito y consolidación del fenómeno sneaker, nos damos cuenta que los factores que motivaron su evolución están protagonizados por hombres. La cruzada aspiracional de las zapatillas comenzó gracias al cambio de percepción de un calzado deportivo a lifestyle. Los bailarines de break dance marcaron el inicio, una tribu urbana que priorizaba la comodidad para bailar y la imagen, cruciales para exhibir, para destacar y formar parte de un grupo, un colectivo formado casi en su totalidad por hombres. Si nos sumergimos en los archivos fotográficos de Jamel Shabazz con “Back in the days” nos daremos cuenta que las sneaker sólo aparecen en las imágenes tomadas en los 70´s y 80´s, de grupos de chicos en su mayoría y no de chicas. Otro de los indicios, fue el éxito de la combinación del hip hop con las zapatillas en los años 80, de nuevo un sector protagonizado por el género masculino, la canción “My Adidas” de Run DMC fue un claro detonante. Y para terminar la lazada, el reflejo de grandes influencers como Michael Jordan con Nike o Jay Z para Reebok, no han hecho más que alimentar un fenómeno que desde sus inicios ha estado representado por chicos.

Estos insights han sido determinantes para constatar que la importancia del mundo sneaker es mucho más relevante en hombres que en mujeres, sin embargo, en comparación con ellos, somos pocas, pero no nos quedamos atrás. En nuestro territorio, también pasamos del deporte al lifestyle gracias a la idea de Paul Fireman con la silueta Reebok Freestyle, un modelo pensado para la práctica del Aerobic y que pronto se convertiría en icono de las calles, durante los 80´s. Pese a las pocas colaboraciones y ediciones limitadas pensadas para nosotras, son notorios ejemplos como Nike Dunk Hi x Married to the Mob, una deliciosa colaboración inspirada en Chanel gracias al tweed de su upper blanco y al charol negro de su puntera, Air Jordan II x Vashtie, artista, directora y Blogger que dio color violeta a la icónica silueta sin swoosh, o Vans x Jesse Jo, unas reversionadas zapatillas con reminiscencias a las creepers con print de leopardo en su interior. Mezclas sublimes, estrategias cualitativas que se alejan de los lanzamientos y la obsesión cuantitativa, que puede llegar a generarse en los modelos masculinos.

En la actualidad, el fenómeno va en aumento gracias a nuevos hábitos e influencers que son capaces de generar tendencias. Ejemplos como la utilización de zapatillas de running como las Nike Free o Flyknit en ciudades como New York para recorrer cómodamente el trayecto de casa al trabajo y del trabajo a casa; la repercusión mediática generada por influencers como Samantha Jo de Fruition Las Vegas, celebrities que calzaron en su momento siluetas como Isabel Marant, la aparición de tiendas como Naked shop (Copenhagen), o la creación de blogs como Miss Kleckley o Tumblrs de zapatillas pensados por y para las chicas, no hacen más que aportan luz, motivar una evolución, una necesidad de innovación y desarrollo en un sector minoritario, pero altamente preparado.

Girls are owning it! – Marina Jimenez (Advertising Executive & Trends Analyst)