Mucho ha llovido desde aquel día que pisé por primera vez el aeropuerto de Tempelhof para el Bread & Butter de 2011. Dos años ya… Sí, estaba retrasando mi vuelta, otras ciudades pidieron su turno, pero no pude demorarlo más, debía regresar, por ello no había mejor ocasión para disfrutar de Berlín que en Music Week, una de las semanas con mayor vistosidad, donde eventos como el Berlin Festival son los protagonistas de la ciudad. Desde adidas, partner del fest que se celebró del 6 al 7 de Septiembre, me facilitaron pases con acceso a la totalidad del recinto, y de nuevo, una vez allí, pude comprobar que el nombre propio adidas, es sinónimo de familia, sin duda gracias al gran trato y la inmejorable acogida por parte del team germano. 

Defecto o virtud, siempre tendemos a comparar en función de las experiencias que hemos vivido previamente, en esta ocasión y por la similitud del cartel, desde que pisé el recinto no hice más que contrastarlo con mi última visita a Primavera Sound, de la que pudisteis ver el recap hace unos meses. A diferencia del nuestro, el festival berlinés refleja toda la esencia del carácter alemán, cubierto de detalles como los puestos veganos y vegetarianos, milimétricos horarios como el cierre de John Talabot a las 00:01 o el aspecto nada superficial de los asistentes, su naturalidad, su estilo sencillo, classy y a la vez que vagabond, me sorprendió, pura autenticidad. No es un festival donde puedas encontrar unas Opening Ceremony o unas Raf Simons, aunque pude ver unas Y-3 Qasa, la excepción que confirma la regla, por lo general, no se transmitía ningún atisbo de pavonería, un punto a su favor. Y aunque las cifras oficiales de 20.000 espectadores por día, son relevantes, en la inmensidad del antiguo aeropuerto se creaban bastantes espacios libres generando sensación de libertad entre escenario y escenario.

Y así empezó nuestra ruta… 

Day 1

Primera e ineludible parada, el stand de adidas Originals. Mientras de fondo sonaban los Pet Shop Boys, en el box creado especialmente para #unitealloriginals quedaba despejado para conocer de primera mano la tremenda colaboración de Run DMC & dj A-trak gracias a un mini estudio de grabación, donde podías sentirte como uno de los tres componentes del grupo neoyorkino, rapeando sobre la mítica base “My adidas”, toda una delicia para las nostálgicas. Por otro lado, el gaming también formaba parte de la experiencia, una pantalla interactiva, la cual cambiaba los templates temáticos de la propia campaña, invitaba a quedarse y a imortalizar el momento con una fotografía de la app. Blur comenzaba, así que una rápida pasada para calentar motores con los chicos de Dumme Jungs, indagar por el recinto y volver al Mainstage para disfrutar una vez más del grupo británico.

El cierre de la primera noche en Tempelhof lo marcó John Talabot, el barcelonés dejó el listón bien alto para los amantes de la música electrónica; con ganas de más, los autobuses lanzaderas nos teletransportaron al Arena Club, a unos kilómetros, una nueva ubicación totalmente acertada. En comparación con los escenarios de Berlin Festival, la sala Arena Mainstage era reducida y el sonido perfecto para disfrutar al máximo. Miss Kittin daba el pistoletazo a nuestra segunda parte de la noche, contundente, su presencia fue capaz de hipnotizar, siendo la primera vez que escuchaba en directo su electroclash, nos dejó en shock, una verdadera mujer de bandera. Y con el subidón del orgullo femenino, el siguiente plato fuerte de la noche, electro house y dosis de techno para completar el menú: Boys Noize.

Day 2

Comenzamos fuerte el segundo día, pisando por primera vez el escenario Pitchfork pudimos dejarnos llevar con el show electro rock del trío Is Tropical, para saltar de registro a uno de los puntos fuertes del festival, el aclamado Casper también llamado “emo rapper” que con matices al indie rock y al emo-core, ha sido capaz de renovar la escena del hip hop alemán, con letras inspiradoras que quedan totalmente alejadas de rivalidades y el típico simbolismo machista. Cierto es que nos perdimos My Bloody Valentine, pero no hay mal que por bien no venga ya que tuvimos la gran suerte de toparnos con la dulce e impactante voz de Dillon, un verdadero placer para los oídos. Unas buenas cazadas como His adidas ZX 750 & Hers adidas ZX700, y al fin… Björk.

La amas o la odias. En este caso y acompañada de un coro de “duendecillos” saltarines, presentó su trabajo ‘Biophilia’ (2011), siendo el último concierto de su gira mundial. In crescendo fueron cayendo temas como ‘Moon’, ‘Crystalline’ (sin Omar Souleyman, shit!), ‘Mutual Core’…, cómo no! canciones como ‘Pluto’ o ‘Hyperballad’, dando un gran espectáculo acompañado de los visuales y los magnéticos bailes de la gran Guðmundsdóttir. Por si fuera poco el subidón, remató bien la faena con un ‘Declare Independence’ y cañones de fuego sobre el escenario, touche. Para seguir el desmadre electrónico, si ya pude disfrutar de Paul hace un año en Sant Jordi Club, esta vez tocaba el turno a su hermanísimo Fritz Kalkbrenner poniendo el broche final en el Mainstage.

Como el primer día, trasladamos la fiesta al Arena Club, que celebraba el décimo aniversario del sello galo Ed Banger con las sesiones del francés Breakbot y su imprescindible ‘Baby I´m yours‘, positividad a raudales para deleitarnos con la guinda del pastel… Justice en un dj-set que hizo vibrar al público, por fin (a los alemanes les cuesta arrancar!), cerrando un memorable festival que prolongamos hasta el submundo, Panorama Bar… y hasta aquí puedo contar

(Foto x Stephan Flad)

Fotos x Miss Kleckley

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